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viernes, 21 de septiembre de 2012

Megadeth en Estadio Malvinas Argentinas

Dave Mustaine festejó su cumpleaños a todo trapo en el estadio cubierto Malvinas Argentinas del barrio porteño de La Paternal, ante poco más de 5 mil espectadores.



No hay dudas de que Megadeth es una de las bandas más queridas por el público metalero argentino. Su líder, Dave Mustaine, lo sabe muy bien y, por eso, todos los años se pegan alguna vueltita por estos lares.
El show que presentaron el 13 de septiembre, día en el que “el Colorado” cumplió 51 años, no se asemeja en nada al que hicieron en noviembre del año pasado, donde el breve setlist contó con 13 escasas canciones.
En esta ocasión, y en el marco del tour en conmemoración por los 20 años del disco “Countdown to extinction”, la lista de temas superó las 23 piezas, entre las que se pudo escuchar el álbum publicado en 1992 completo.

La previa del espectáculo fue signada por la oscuridad, tanto por la ya clásica escasez de luz en las inmediaciones del recinto como por el predominio de vestimentas negras en los asistentes. Claro que todos se unieron para cantarle el cumpleaños a Mustaine, que salió en escena a las 21 en punto, como estaba previsto, ataviado con una fina camisa y muñequeras blancas y un look que podría catalogarse como de un “Micky Rourke estilizado”.

Como sucedió en Chile y Uruguay, países que visitaron antes de pisar suelo argentino, el recital empezó al palo con “Trust”, seguido por los potentes “Hangar 18” y “She-wolf”.

Sin embargo, quizás como regalo de cortesía por saber que este es el país donde se agita más el espíritu Megadeth, Mustaine –“Mustein”, con una “u” bien pronunciada y acento en la “é” para los fans argentinos-, tras realizar “Wake up dead” y el cover de Willie Dixon “I ain’t supersticious”, anunció una canción que no hacen en vivo desde 2009 “Devil’s island”, del disco “Peace sells… But Who's Buying?”, álbum en el que también hacen hincapié, ya que este año se cumplen nada menos que 25 años de su concepción.

En cuanto a las características técnicas, tanto la disposición de las columnas de sonido, que solo apuntaban hacia adelante, despojando a quienes se ubicaron en las plateas laterales de un audio de calidad, como la misma infraestructura del estadio –que no es de los que facilitan la tarea de los técnicos de sonido, a pesar de las refacciones que le fueron realizadas en 2007-, hicieron que la banda sonara como una bola de ruido, por momentos amorfa, en la que, en ocasiones, resaltaba algún solo.
De todos modos, la muchedumbre buscaba agite, pogo y corear los temas sobre la voz aguardentosa de Mustaine, por lo que, por supuesto, salieron satisfechos.

Un disco entero

Luego de tocar “Never dead”, “Whose life (is it anyway?)” y “Public enemy”, tres canciones de su última placa “Th1rt3en”, comenzó el derrotero de la cuenta regresiva a la extinción.
Las once canciones del álbum sonaron en su orden original, de las cuales “Symphony of destruction”, con el inefable coro argento de “Megadeth, aguante Megadeth”, sobre el riff, fue una de las más ovacionadas, junto a la canción que le da nombre al disco y “Psychotron”.

El espectáculo llegó a las 2 horas de duración con los bises que no podían faltar: “A tout le monde”, "Peace sells” y “Holy wars... The punishment due”.
Claro que, al finalizar el show, mientras era vivado por una masa eufórica, Mustaine les aclaró, mientras envolvía la jirafa del micrófono con una bandera argentina, "Siguen siendo los número uno, no se preocupen" y, por supuesto, los muchachos no se privaron de cantarle a viva voz y en dos idiomas el feliz cumpleaños a su ídolo, antes de que abandonara el escenario.

Acá un recital de Megadeth tocando en Buenos Aires en el año 2011

Fuente: vuenosairez.com